A Lilian la conocí hace muchísimo tiempo entre sets de comerciales de tv y compartimos durante una década los pasillos de la radio y de los canales de televisión. Hasta que a Lilian, un día, le cambió la vida. Porque antes que el mundo conociera a Lilian como voz de los derechos humanos de los presos políticos en Venezuela, Lilian es maestra, presentadora de tv, locutora, maratonista y profesora de yoga. En ese camino se enamoró de uno de los políticos más prometedores de su generación, Leopoldo Lopez. Se casaron y emprendieron planes de vida en pareja, que se vieron interrumpidos unos años después, cuando su esposo se entregó a la inexistente justicia venezolana por crímenes que no cometió.

Lo que muchos pensamos serían unos meses de negociación, hoy ya son 6 años de confinamiento y 14 de una injusta condena. Así, repentinamente, Lilian, la presentadora efervescente y atleta, se reinventó frente a un país turbulento y azotado por una dictadura. Se convirtió en la voz de su esposo, en una luchadora incansable por la libertad de Venezuela. Es una defensora de la democracia de su país y es una voz incómoda para muchos políticos en el mundo. Y encima de todo esto, Lilian es madre de 3 hijos, que han tenido que crecer lejos de su papá.

Hoy, Lilian nos cuenta de su vida desde Madrid, de sus luchas como mujer y madre, de las dificultades en el camino, y que nada nada nada de lo que le ha tocado ha sido fácil. Porque no conforme con emprender esta lucha, ha tenido que soportar críticas de mucha gente, y ella sigue allí, de hierro. Porque muchos de sus detractores quizás nunca se han puesto en sus zapatos, en los zapatos de una mujer que se enamoró y que lo único que quiere es a su esposo de regreso.

Una reinvención que quizás más que muchos otros casos, ha tenido que ser literalmente En Defensa Propia.